Quizás este pueda ser un tema fácil, sencillo o más bien no tenido muy en cuenta u olvidado si lo comparamos con la importancia que todo corredor le da al plano físico. Aquí es donde entraríamos en la típica pregunta: ¿Qué es más importante la preparación física o la mental?

Cierto es que sin un físico trabajado y acostumbrado a correr durante un tiempo y velocidad determinada, por más crack que seas a nivel mental, difícilmente  podrás conseguir tu objetivo. Pero no es menos cierto que aunque hagas tiradas muy largas, series descomunales y estemos en una súper forma, si estás flojo en el plano mental se te pueden presentar situaciones en carrera que no sepas como solventar y que pongan en serio peligro tu actuación.

La concentración: muy conocida pero poco trabajada

La variable concentración es una de las variables que seguro te suenan y conoces. Es de las más definitivas aunque, poco conocida dentro del atletismo de endurancia y enclavada dentro del pilar mental o psicológico. Por norma se suele relacionar más con modalidades más explosivas en las que el tiempo de reacción es decisivo o en disciplinas donde el tiempo de ejecución es muy corto y no hay apenas tiempo para rectificar un error.

¿Te has preguntado alguna vez que es estar concentrado y cómo sabes que lo estás?

Para estar debidamente concentrados hay que atender a lo que realmente importa y nos sienta bien, así como tener un grado de activación óptimo.

Esta podría ser una básica, comprensible, pero práctica definición de concentración:

Proceso por el cual, juntamos la Atención y el Nivel de Activación”.

 Pero..¿A qué nos referimos con estos dos vocablos?

La Atención, la podemos describir como una cualidad del ser humano, en la cual, seleccionamos estímulos para percibirlos mejor. Normalmente, cuando estamos atentos, solemos percibir los estímulos más relevantes (lo que más nos interesa).

Como ejemplo, estas podrían ser tres maneras en las que podemos aplicar La Atención:

1/ Exteriormente: Ante un estímulo definido por su potencia, tamaño o movimiento, podemos aplicar la atención. Por ejemplo, siempre será más fácil que captemos a un estímulo que esté caracterizado por estar más en movimiento que otro o por ser más potente o más grande que los demás.

2/ Internamente, también podemos aplicar la atención según 2 parámetros:

2.1/ Orgánico: Cuando tenemos necesidades orgánicas, por ejemplo “sed”, será mucho más fácil que tendamos a aplicar nuestra atención a los estímulos que más cerca estén de paliar esta necesidad, por ejemplo: una máquina expendedora de Coca –Cola.

2.2/ Interés: En muchas ocasiones aplicamos nuestra atención a estímulos que tienen relación con nuestros intereses. Por ejemplo: un corredor se fijará mucho más en personas que corran por la calle o en un parque, que otras personas que no practiquen el running.

3/ Mentalmente: Donde a atención, la definimos como capacidad mental. Con esta capacidad, podemos ser capaces, de aislar y atender los objetos mentales que nos interesan, por ejemplo: determinadas sensaciones o pensamientos

Respecto al Nivel de Activación lo podríamos definir como un proceso mediante el cual llevamos a término nuestras acciones. Si este parámetro está equilibrado, podrías llegar a ejecutar de forma exitosa tu acción. Si por el contrario este es excesivo o defectuoso, tu actuación peligra irremediablemente. Aquí podrían entrar otros ingredientes como son: el estrés, la ansiedad, la apatía o la motivación. Si estás muy alterado o bien apenas motivado o apático, por mucha atención que pongas será complicado que todo ello sume un nivel óptimo de concentración que te ayude a conseguir una gran carrera.

Pero mantener la concentración no es tarea fácil. Sabemos que no implica el mismo esfuerzo estar centrado en una carrera corta al que se corre a alta intensidad y donde el dolor es más agudo aunque se aguanta por menos tiempo, que estar condensado durante algunas horas en una carrera tipo maratón o ultra. Posiblemente las características de cada deportista y el nivel y calidad de entrenamiento que haya llevado tengan mucho que ver a poder llevarse mejor con la concentración en tipo de prueba.

Seguro que conoces al típico corredor que no se machaca tanto como los demás pero consigue resultados más brillantes invirtiendo menos tiempo en su acondicionamiento físico. Es entonces cuando decimos de él que es: “Un buen competidor”. Quizás este tipo de atleta tampoco haga un extraordinario trabajo mental, pero a buen seguro que por diversas razones se transforma en competición debido a los mecanismos mentales que es capaz de poner en marcha el día de la carrera, entre ellos el poder de concentrarse.

Una vez sabemos algo más sobre la concentración, ¿cómo podemos aplicarla a nuestra vida atlética?

Dar una clase magistral sobre esta temática implicaría mucho más que un post en esta web ya que el trabajo de la concentración iría ligado al de otros importantes vocablos como estrés, motivación o emoción etc.. Lo que sí que podemos hacer, es comentar por encima aspectos relacionados con la concentración, que son de cajón y que puede que pases por alto:

-No olvides nunca la estrategia o táctica de carrera que te has trazado en cuanto por ejemplo: velocidad aproximada, tiempos de paso, protocolo de avituallamiento etc..Ten siempre presente las directrices que te hemos planteado seguir y no te distraigas en otra cosa que nos la haga cambiar.

-Si la actuación va a ser larga, unas cuantas horas, deberías trazar un plan de concentración, sabiendo que al principio de la prueba (donde apenas existe fatiga) apenas vamos a demandar estar concentrados, mientras que a partir del ecuador de la misma hay que revitalizar este campo para que ningún estímulo aproveche tu fatiga para molestarte.

El pentacampeón de España de Carreras por Montaña, Raúl García Castán, bien sabe que es meterse «altas dosis de concentración».

-Si has decidido planificar la temporada de una manera determinada, no deberías cambiarla a no ser que sea por una razón muy justificada. Además de motivado e ilusionado, es importante estar concentrado  incluso cuando te sientes a a planificar la temporada.

-Una vez en carrera, no te distraigas con estímulos externos ni pensamientos negativos que no te aporten beneficios. Una buena concentración debe ser capaz de paliar en la manera de lo posible las malas sensaciones y sólo atender aquello que es positivo para ti.

-Referente al punto anterior, decir que en muchas ocasiones hay actuaciones que se frustran debido a sobreatender estímulos o sensaciones que se suelen tener en carrera, que son perfectamente normales y que muchas veces son transitori@s. Tener siempre presente que aquellos estímulos (mentales o perceptivos) no te aportan ningún beneficio, son negativos y tienes que desatenderlos.

Saber identificar los estímulos distractores será una ventaja. Una vez sepas cuales son, deberás diferenciar los que te sientan bien de los que no.

– Otra gran ventaja: Ser capaces de mantener en el tiempo los estímulos que te aportan energía y positividad y desechar o cambiar por otros mejores a los que interfieran en tus buenas sensaciones.

-Los días de entrenamiento o competición no objetivo son perfectos para ir trabajando la concentración así como identificando, poniendo o quitando estímulos según te convenga.

-Hablarte en carrera y/o tener una palabra clave con la cual “enchufarte” (darnos un toque de atención) antes de caer en el pozo de lo negativo puede ser una buena medida. Bastará con decirte algo así como: “Venga”, “Vamos”, “Ánimo” etc.

El mismo paisaje, el público, otros competidores, los rivales, la familia, los controles de avituallamiento, las piernas, el estómago, el frío, el calor, la lluvia o las sensaciones en general, pueden generar en ti la reacción que quieras en función de la importancia que le des en ese momento.

Como hemos comentado anteriormente, muchos abandonos o actuaciones de las que no estamos muy orgullosas, pueden ser fruto de distractores a los que no supimos hacer frente. A ningún corredor le gusta tener malas sensaciones. Estas se pueden minimizar e incluso extinguir con un buen trabajo de la concentración.

Por el momento, concéntrate sólo en aquello que te haga correr más rápido y mejor. Esto te aportará una gran satisfacción personal e incluso la felicidad.

 

Escribe: Ezequiel Bellido Verdú
Director de Comunicación en OP

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Octavio Pérez
Octavio Pérez

Preparador Físico. Ldo. en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte. Especialista en Alto Rendimiento.
Autor de la «Preparación en el Corredor de Montaña» y de «Mis Primeras Zancadas»

Colaborador-experto del programa “A la Carrera de La 2 de TVE” Conferenciante y docente en Alto Rendimiento.

Creador de OP Training Platform, aplicación a la vanguardia de innovadores sistemas de trabajo en ciencias del entrenamiento. Director en «1000km contra la leucemia» y fundador de «Apadrina un Sedentario»
Campeón del mundo máster 800m.

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