Al parecer, pregunta sencilla y lógica de responder. Tenemos la firme convicción de que el paso del tiempo nos envejece. Asumimos que debe ser así porque hemos aceptado que forma parte del ciclo natural de la vida, pero si profundizamos y enfocamos la cuestión de modos diferentes, entenderemos que no siempre debe ser un paradigma aceptado, no hay una curva normal del envejecimiento que se aplique a todos por igual.
Enfoquemos la cuestión de distintas maneras ¿A que edad somos viejos? ¿Podemos tener 65 años y sentirnos una persona joven? La contundencia de las respuestas ya no es tan evidente. Si entendemos que hay diferentes maneras de medir la edad de un individuo, repararemos en que el tiempo no pasa para todos de la misma manera. La edad cronológica, es la que tienes según el calendario, es invariable. La edad biológica es la que tiene tu cuerpo según tu metabolismo, tu salud y tus funciones vitales. La edad psicológica es la que tú sientes que tienes. La gran mayoría acepta la edad cronológica como único indicador del paso del tiempo, aunque debería de ser la menos fiable; además se piensa que siempre coinciden con la edad biológica, sin embargo, generalmente no concuerdan.
Puedes tener 65 años llevar uno hábitos de vida saludables y estar físicamente en forma, con unos niveles de resistencia, fuerza, lucidez, vitalidad y dinamismo propios de una persona sana de 30 años, puedes sentirte y estar joven a la edad que sea. Por el contrario, puedes tener 35 años y padecer alta presión sanguínea, exceso de grasa, nivel de azúcar inadecuado, reducción de masa muscular y, empujar al cuerpo hacia una rápida decadencia propia de la vejez. Son claros ejemplos para demostrar que cumplir años no es siempre envejecer, el envejecimiento se puede revertir y cambiar.
Ser optimista, tener sentido del humor, la estabilidad emocional, las buenas relaciones sociales, junto al ejercicio físico regular y una alimentación adecuada, tienen efectos sobre los marcadores biológicos del envejecimiento, que pueden revertir en las derivaciones más típicas de la edad biológica.
Como preparador físico tuve la oportunidad de entrenar a Teresa una anciana de 79 años, y digo “anciana” porque tenía síntomas físicos claros de envejecimiento: poco tono muscular, osteoporosis, desgaste articular…Sin embargo, tenía la convicción de que el ejercicio le podía ayudar. Después de dos meses de entrenamiento adaptado con ejercicios de pesas y “aeróbicos sin impacto” (elíptica y bicicleta estática); sus músculos perdidos habían vuelto en un 200%, mejorando la fuerza, la coordinación y el equilibrio. Pasó de llevar muletas a caminar con normalidad, y lo más importante, era autosuficiente, podía valerse por si misma en cualquier tarea cotidiana, incluso empezó a trabajar como “empleada del hogar”.
Teresa lucho contra la apatía y desesperanza propias de su edad, pasó de ser una anciana de 79 años, condenada a pasar el resto de su vida sentada en una silla viendo como su cuerpo se deterioraba; a ser una adulta completamente independiente, recuperando el sentido general de la vida activa, sintiéndose joven y saludable. La clave de la milagrosa recuperación, fue sin duda su visión positiva “del ejercicio físico”, su convencimiento de que iba a ser beneficioso para ella.
El cuerpo humano es capaz de mejorar cuando más se utiliza. Cuando un “anciano” acepta cambiar su estilo de vida renovando sus hábitos de salud, su calidad y esperanza de vida mejora y aumenta. La frase célebre “más vida a los años y más años a la vida” resume perfectamente los efectos positivos de la actividad física y la dieta equilibrada.
Perdamos el miedo a envejecer y cambiemos la creencia de que estamos destinados a la decadencia, esta profunda convicción debe ser cambiada desde ya. El proceso de envejecimiento deber ser contrarestado todos los días manteniendo una actitud positiva, comiendo con sensatez y, dedicando parte del tiempo de ocio al cuidado físico. Por mayor que seas o te sientas nunca olvides que el cuerpo puede auto reponerse: mantén tu espíritu joven. Eres tan viejo como tú quieras serlo. En ti está la respuesta y la solución.
Octavio Pérez
Preparador Físico. Ldo. en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte. Especialista en Alto Rendimiento.
Autor de la «Preparación en el Corredor de Montaña» y de «Mis Primeras Zancadas»
Colaborador-experto del programa “A la Carrera de La 2 de TVE” Conferenciante y docente en Alto Rendimiento.
Creador de OP Training Platform, aplicación a la vanguardia de innovadores sistemas de trabajo en ciencias del entrenamiento. Director en «1000km contra la leucemia» y fundador de «Apadrina un Sedentario»
Campeón del mundo máster 800m.
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